Como contrapartida, también hay mucha gente que se opone argumentando que el voto electrónico no haría otra cosa que facilitar el fraude escondido detrás del misterio de la tecnología, ya que la mayoría de la gente no podría auditar que ocurre realmente dentro de una máquina de voto electrónico.
En este artículo voy a tratar de contar mi experiencia haciendo una máquina de voto electrónico que se utilizó en las elecciones de presupuesto participativo de la ciudad de Rosario en el año 2006, y cuales son mis opiniones personales sobre el (posible) fraude en las elecciones.
Desde 1995 hasta mediados del 2007, trabajé en una empresa (MSA) que a partir del año 1999 participó en varios procesos de recuentos de votos, en un par de ocasiones implementando algún método de voto electrónico. Aclaro que mis opiniones no son las de la empresa, y no tengo una postura definida sobre si el voto electrónico es mejor o peor que el sistema tradicional (boleta y sobre).
Recuento de votos
Como primer punto, me gustaría comentar que en ninguno de los procesos electorales que hicimos recibimos ningún tipo de presión de partidos politicos, entidades gubernamentales, etc, para influir de alguna forma en el resultado del proceso.
Durante los procesos de recuento, constantemente hay fiscales informáticos de los diferentes partidos políticos pidiendo todo tipo de información, y luego del proceso, generalmente se les da una copia de la base de datos para que crucen los datos con sus propios recuentos. Por ende, no sería una buena idea hacer fraude en este punto ya que sería descubierto tarde o temprano.
Emisión del voto
En el caso de las máquinas de voto electrónico, no es tan fácil auditar todas las máquinas ya que seguramente van a estar distribuidas geográficamente, y se necesita personal capacitado para controlar que no haya fraude. En esto estoy de acuerdo, pero...
Algo que generalmente se deja de lado cuando se ennumeran las características negativas del voto electrónico, es que en realidad el voto electrónico puede ser tan seguro y secreto como se quiera hacer, y por otro lado, el sistema de voto tradicional tampoco asegura que los votos sean registrados correctamente.
Haciendo una analogía un poco apresurada, es como decir que viajar en avión es más peligroso que viajar en auto, porque si se cae no hay muchas chances de salvarse. Es verdad. Pero hay más accidentes de autos que de aviones. De echo, en Argentina cualquiera de las dos cosas son peligrosas... y ese me parece que es la base de ambos problemas: que estamos en Argentina. :(
La máquina de voto electrónico
Cuando hicimos la máquina de voto electrónico, tratamos de hacerla lo más segura, secreta y accesible que pudimos:
- La máquina era un LiveCD que podía funcionar en cualquier PC. De esta forma nadie tenía acceso al software antes de iniciar las máquinas, a excepcion de los auditores del juzgado electoral. Es más fácil mantener seguros unos cuantos CDs no regrabables, firmados fisicamente, que la misma cantidad de máquinas.
- Al votar se emitía una boleta de papel con la selección impresa. La boleta era ingresada en una urna tradicional, y en el peor de los casos se podía hacer el recuento manualmente.
- Los votos no se registraban en la PC. Tampoco en medios remobibles. En la misma boleta de papel se almacenaban los datos del voto en un medio elecrónico no reescribible. No se si la empresa terminó patentando esto, pero a fines prácticos supongamos que imprimimos un código de barras con la información de los votos.
- El elector podía verificar el voto emitido. Aparte de leer el texto impreso en la boleta, ingresando la misma en un lector el sistema le muestra las opciones almacenadas, que deberían ser las mismas que están impresas.
- Se podían leer los fuentes del software en ejecución. Dado que el sistema estaba totalmente escrito en Python (que no necesita ser compilado) se daba la posibilidad de auditar el sistema de la máquina leyendo el CD desde cualquier PC.
- Accesibilidad. Gracias a la facilidad de integración de las herramientas que disponemos en el software libre, los usuarios con problemas de visión podían utilizar un modulo especial que leía las opciones sin mostrar nada en la pantalla. Por primera vez, una persona ciega tuvo la posibilidad de votar sin alguien que lo asista, simplemente usando auriculares y un teclado numérico con etiquetas braille.
Como se puede ver en una foto que anda dando vueltas por la red, me comí todo el día en uno de los centros de votos asistiendo a la gente en la operación de las máquinas. Algunas de las cosas que pude observar:
- Curiosamente, la gente mayor era la más contenta estaba con el sistema. Los abuelos estaban fascinados, y nos pedían por favor que utilicemos este mecanismo para las elecciones presidenciales (como si fuera nuestra desición :) )
- Al igual que en el sistema tradicional, llegaban micros con gente para votar a quienes les habían dado un papelito con los números que tenían que votar.
En el sistema tradicional, se acostumbra a utilizar otros métodos como el voto cadena o las boletas dobladas de una forma determinada, o sea que este tipo de corrupción no se puede evitar.
Conclusión
Lamentablemente, cualquiera de los dos métodos permite más o menos los mismos métodos de fraude, ya que no hace falta que se hagan en el momento del voto, sino que el fraude ya viene hecho de antes, o se hace después, modificando las planillas de recuento antes que sean procesadas. Esos son los momentos donde es más dificil hacer una auditoria.
Por otro lado, si bien una persona sin conocimientos técnicos no puede auditar una máquina de voto electrónico, tengo entendido que tampoco puede estar presente cuando se abre la urna, se cuentan los votos, y se escribe la planilla de resultados en el sistema tradicional.
En este momento, me parece que la única gran diferencia entre un método y otro es el costo y la velocidad de proceso. Ambos son superiores en un sistema electrónico que en el tradicional: más caro pero más rápido. Supongo que para saber cual es mejor, habría que ver de cuanto dinero se dispone, o cual es el apuro para obtener los resultados.
Más allá de estar o no en contra, pienso que en el futuro el voto electrónico va a ser la norma, ya que toda la sociedad apunta al camino de la tecnología. En este punto me parece que la solución más acertada sería que las organizaciones promotoras de software libre se encarguen de proponer sistemas/máquinas de voto electrónico de código libre. Es sabido que el software libre tiene entre sus ventajas los miles de ojos que lo auditan, imaginense cuantos ojos van a querer auditar el código de una máquina de voto electrónico!!!
Por supuesto esto no asegura que el último código que se ejecute sea el mismo que se escribió, a menos que se usen lenguaje como Python, que permiten leer el mismo código que se está ejecutando.
La comunidad del software libre debería interesarse seriamente en este tema, antes que se haga moneda común que las máquinas de voto electrónico sean algo cerrado y propietario como las que existen actualmente. Ahí si que estaríamos en problemas. Si el único que puede ver que pasa dentro de la máquina es el que la hizo, estoy totalmente de acuerdo... el voto electrónico no sirve.
Gabriel E. Patiño
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