lunes, 29 de octubre de 2012

Prueba de goma laca y lustrado a muñeca

Después de haber visto unos cien vídeos sobre el tema y leído al menos una docena de explicaciones (paso a paso, teóricas, un poco de todo) sobre lustrado a muñeca con goma laca, agarré un pedazo de madera pedorra que tenía por ahí tirado y me mandé a probar que tal era.
En algunos lados encontré que es una técnica super difícil, que lleva meses o años de perfeccionamiento, en otros lados leía que en un fin de semana podés lustrar una mesa como un capo.
¿Entonces en que quedamos? ¿Es fácil o difícil? Probemos y veamos...

La madera de prueba, limpia y lijada, pero nada muy prolijo.
Lo bueno de la goma laca, es como está diluida en alcohol se seca rápido. Muy rápido. Creo que si estuviera trabajando en una superficie grande como una mesa, para cuando terminaste la primer mano debería estar seca la parte por donde empezaste.
Entonces con un trapito le di unas cuantas manos de goma laca, nada del otro mundo: mojas el trapito y pintas de forma pareja. Cuando terminaba esperaba unos segundos a que se seque, y otra capa más. Le habré dado unas ocho capas, esperando 10 minutos después de la cuarta y octava capas.
Ahora, la famosa muñeca. Es un cuadrado de tela de algodón (remeras viejas es lo que me sobra), y en el medio le podes poner algodón o más remera.

La famosa muñeca.
El lustrado se hace poniendo muy poca cantidad de goma laca en la muñeca, y frotando en forma de circulos u ochos la superficie a lustrar. Según decían el secreto es no dejar quieta la muñeca en ningún momento, todo el tiempo moviendose suavemente.
Al principio pensé que era verdad que tenías que pasar años perfeccionando la técnica porque no pasaba nada, pero de repente...

Magia!
Como por arte de magia, en el lapso de un par de segundos, pasas de algo opaco a una superficie que empieza a brillar. Es increíble lo rápido que pasa.
Segúi dandole un poco más y me empezó a pasar algo que había leído: la muñeca se pone pegajosa. Como había leído varias veces, en este momento hay que poner un lubricante, dos o tres gotas de aceite de oliva extra virgen y listo. Seguí un rato más y el brillo era alucinante:

Ahi dejé de lustrar porque como experimento estuvo más que bueno. Un par de días después le pase un trapo seco y perdió un poquito (pero muy poquito) de brillo que aparentemente eran los restos del aceite de oliva. Pero considerando que era una madera no muy bien lijada, y que el experimento completo me llevó menos de una hora en total, los resultados son buenísimos.

Con el tiempo la goma laca se endurece y queda como un plástico muy duro, como la terminación de los instrumentos musicales.

Eso que la madera tenía algunas grietas y no estaba bien lijada!
Conclusión: Es muy fácil lustrar con goma laca. No voy a pretender que llegué al nivel de un luthier profesional (incluso algunos llevan sus instrumentos a lustradores profesionales), pero ellos te dejan la superficie como si fuera vidrio y tampoco esperaba tanto. Creo que para una mesita ratona o alguna cajita de chucherías podés conseguir un acabo muy llamativo con poco tiempo. Me encantó la goma laca!

viernes, 19 de octubre de 2012

Chipá infalible (apto para celíacos)

Con esta receta es difícil que te salgan mal los chipás, es la que usa mi viejo y son los que como desde que tengo memoria.

Ingredientes (pueden salir hasta 2 docenas de chipacitos):
  • Almidón de mandioca: 500 gramos (para celíacos, hay marca Kapac)
  • Queso (fontina, pategras, o el que te guste): 300 gramos
  • Manteca: 50 gramos
  • Huevos: 2
  • Leche: un vaso, más o menos
Preparación:
  1. Prendé el horno así se va precalentando, es importante que esté bien caliente al momento de poner la primer tanda.
  2. Cortar el queso en cubitos de unos 5mm de lado, que quede chiquito, pero que no sea polvo de queso. Esto va a generar las ansiadas ampollas de queso que se asoman del chipá.
  3. Derretir la manteca en el microondas (unos 30 o 40 segundos).
  4. Poner en un bol el almidón, reservando un poquito para poner en la asadera, mezclar bien con el queso.
  5. Agregar la manteca derretida y los huevos, mezclar hasta que puedas. No se va a formar una masa porque le falta liquido, pero mezcla lo mejor que puedas.
  6. Ir agregando leche de a poquito y seguir amasando hasta que la masa se parezca a una plastilina que no se rompe sola, pero que no esta chirla. Para mí fue más fácil sacar el preparado del bol y seguir en la mesada, algunos hacen todo adentro del bol.
  7. La forma de los chipas puede ser como te guste, te paso la de la familia: haces "vivoritas" de unos cuatro cm de ancho. Con un cuchillo haces cortes en diagonal de la siguiente forma: dos cortes hasta la mitad de la masa separadas unos 2 cm, y el tercer corte hasta el fondo. Entonces te van a quedar unos pancitos con dos tajos.
  8. Ponés un poco de almidón en una asadera, nada de manteca ni aceite, y acomodás los chipás dejandoles un poco de lugar porque se van a agrandar un poco. Si no les dejas lugar no pasa nada, vas a tener una especie de torta de chipá :)
  9. Metés en el horno y empezás a preparar el mate.
  10. Cuando ves que están tomando un color amarillo claro y están sequitos por afuera, los sacás y pones la próxima tanda. Ojo que cada vez se hacen más rápido porque el horno va a estar bien caliente (casi se me quema la segunda tanda)
Los que esperan la segunda tanda, junto con algunos "patitos".

Listo, eso es todo. Tomar mates con chipá recién horneado es un placer que no muchos conocen, y no es difícil de hacer. Aunque lleva queso, tampoco es muy caro a mi me salieron una docena y media de chipás bien grandes al precio de una docena de facturas. Por supuesto, las facturas no tienen chance contra mis chipás. 

Listos para comer, patitos incluídos.