Los encastres no fueron tan difíciles como parecen, pero como sabía que iba a tener errores (y tiene unos cuantos), copie un estilo que se ve bastante por acá: se matan todos los bordes con un formón o navaja y de esta forma resaltan las uniones (en vez de tratar que queden perfectas). Así la caja quedo armada y bastante bien presentada.
La manijita de queso la pinto Oli, y ella también se encargo de pegarla en la tapa. A cambio tuve que hacerle unos cuantos quesitos para jugar.
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